Naciones Unidas
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Rusia, Vladimir Putin, mantienen una reunión al margen de la Asamblea General de la ONU para analizar la crisis siria y la lucha contra el Estado Islámico.
Los mandatarios chocaron, este lunes, por el conflicto del país de Medio Oriente , acusándose mutuamente de impedir avances en su solución.
"Estados Unidos está preparado para trabajar con cualquier país, incluyendo Rusia e Irán, para resolver el conflicto" en Siria, afirmó Obama en su discurso en la Asamblea General de la ONU, abriendo la puerta a un diálogo.
Obama trazó, sin embargo, una línea roja al denunciar a aquéllos que apoyan a "tiranos" como el presidente sirio Bashar al-Asad, un dardo directo contra Rusia e Irán por su apoyo militar al régimen de Damasco en una guerra civil que lleva cuatro años y medio y ha dejado más de 240.000 muertos.
La respuesta de Putin, presente en una Asamblea General por primera vez desde 2005, no se hizo esperar: al subir al podio pidió una "coalición amplia" para luchar contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) y aseguró que el rechazo a cooperar con el gobierno sirio es un "error enorme".
Esta coalición sería "parecida a aquélla contra Hitler" en la Segunda Guerra Mundial y los países árabes "tendrían un papel clave", afirmó Putin, que también coincidía por primera vez con Obama en la gran cita anual de la ONU.
"Sería un error enorme no cooperar con aquéllos que combaten frontalmente al terrorismo. Debemos reconocer que nadie salvo las fuerzas armadas del presidente Asad combaten realmente al Estado Islámico y otras organizaciones terroristas en Siria", agregó.
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En otra de las intervenciones más esperadas del lunes, el presidente iraní Hasan Rohani también llamó a un "frente unido" contra el extremismo violento y dijo que su país está listo para ayudar a "llevar democracia" a Siria y Yemen.
El presidente francés François Hollande estimó, de su lado, que una transición en Siria pasa por la salida de Asad: "No se puede hacer trabajar juntos a las víctimas y el verdugo" en Siria, señaló.
Mientras la comunidad internacional no se pone de acuerdo, el EI consolida sus posiciones y mantiene su poder de atracción: unos 30.000 yihadistas extranjeros viajaron a Siria e Irak desde 2011, según responsables de inteligencia estadounidense citados por el diario The New York Times.